Yenín, un campo de refugiados en ruinas tras el ataque israelí

Los habitantes del campo de refugiados de Yenín, en Cisjordania, regresan a sus hogares devastados por los bombardeos y los enfrentamientos entre las fuerzas israelíes y los grupos armados palestinos. La operación militar, que duró dos días, causó la muerte de 12 personas, entre ellas cuatro niños, y más de 100 heridos. El ejército israelí dijo que buscaba desmantelar fábricas de armas de los militantes, mientras que los palestinos denunciaron una “guerra abierta” contra su pueblo.

Fatina al-Ghoul es una de las cientos de familias que huyeron de sus casas durante los combates y que ahora se encuentran con un panorama desolador. “Mi casa ha quedado completamente destruida. Todo está roto y quemado. Todo está dañado”, afirma entre lágrimas. Ella y otras nueve mujeres escaparon con sus hijas para salvar sus vidas. “Tuvimos que huir. Si no, nos habrían matado a mis hijas y a mí”, relata.

Varios hospitales locales también le dijeron a la BBC que estaban luchando para afrontar las secuelas de los combates. Miles de habitantes locales salieron a las calles este miércoles para asistir a los funerales de los fallecidos. Al menos ocho eran miembros de las alas militares de las principales facciones palestinas. Se dispararon armas de fuego en apoyo a los combatientes fallecidos.

Los reclamos a la Autoridad Palestina

Muchos residentes culpan a la Autoridad Palestina (AP), el principal órgano de gobierno de los palestinos en Cisjordania, por no protegerlos durante la operación israelí. Videos que circulan por internet muestran a dos representantes de la AP forzados a abandonar un funeral tras ser increpados por la multitud. Los ciudadanos denunciaron que al principio de la operación las fuerzas de seguridad de la AP simplemente permitieron que los vehículos militares israelíes entraran a la ciudad.

Fatina también culpa a la AP por su falta de acción. “Este es nuestro hogar. Vivimos con miedo y somos los únicos que quedamos para protegerlo”. El alcalde de la ciudad de Yenín y miembro de la AP, Akram Rajoub, no está de acuerdo. “Hay acuerdos entre la AP e Israel. La AP no rompió el acuerdo y los servicios de seguridad hicieron su trabajo durante la operación militar, tal como pidió la dirección palestina”.

Un combatiente de un grupo militante palestino dijo que las fuerzas israelíes habían logrado destruir varias de sus instalaciones, incluida una unidad de almacenamiento que contenía explosivos. Sin embargo, la magnitud de la operación dentro de una ciudad densamente poblada y un campo de refugiados fue criticada por el comisionado de derechos humanos de la ONU (la oficina humanitaria de la ONU expresó su “alarma”).

Para muchos habitantes como Fatina, el acceso inmediato a agua potable, alimentos y refugio ahora es crítico. “Esta noche dormiremos en la calle. Ni siquiera podemos sentarnos dentro de la casa. No hay adonde más ir, ni para nosotros ni para nuestros vecinos”.

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