Hallazgo de cientos de cadáveres en Sudán revela atrocidades en medio de un conflicto devastador

La situación en Sudán ha alcanzado niveles aterradores, con el hallazgo de cientos de cadáveres de civiles asesinados y cubiertos de moscas en las calles, según testimonios de trabajadores humanitarios y la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos. El conflicto en el país ha dejado una estela de violencia y atrocidades, especialmente en la región de Darfur.

Un equipo de la ONG Save the Children que escapaba de la ciudad de Al Geneina, describió escenas desgarradoras de «ejecuciones sumarias contra civiles» a lo largo de la carretera entre Al Geneina y la frontera con Chad. Cadáveres de mujeres, hombres y niños abandonados en la vía pública, cubiertos de moscas, daban testimonio del horror que ha vivido la población. Testigos informaron que hombres armados entraban en las aldeas, saqueaban y quemaban las casas, y disparaban contra los residentes que intentaban huir.

Ahmed, un trabajador de Save the Children, compartió un espeluznante testimonio sobre los horrores que presenció en su escape hacia Kassala. «Pasamos 49 días encerrados porque fuera los francotiradores no paraban. Nuestro único deseo era levantarnos de madrugada para conseguir un bidón de agua antes de que empezaran de nuevo los combates. Cuando por fin conseguimos salir, había cadáveres por todas partes en el suelo de la ciudad de Geneina. Había miles de hombres, mujeres y niños, nadie se salvó. Hay moscas por todas partes».

Además de los testimonios de Save the Children, la ONU ha documentado el hallazgo de una fosa común con al menos 87 víctimas en la región de Darfur, asesinadas por los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) y sus aliados. La mayoría de las víctimas pertenecían a la etnia masalit. Se cree que la masacre fue una represalia tras el asesinato del gobernador de Darfur Occidental, Khamis Abakar.

El conflicto en Sudán, que se inició en abril, ha tomado tintes étnicos y enfrenta a milicias árabes con las de filiación masalit en Darfur. Este brote de violencia ha revivido recuerdos dolorosos del conflicto que vivió la región en 2003, cuando milicias Janjaweed (ahora integradas en las FAR) aplastaron una rebelión de tribus no árabes, dejando aproximadamente 300,000 muertos.

Ante la gravedad de la situación, siete países fronterizos se han reunido en El Cairo para buscar soluciones prácticas e implementables para detener la tragedia en Sudán. Egipto, Libia, Sudán del Sur, Eritrea, Etiopía, República Centroafricana y Chad se han comprometido a facilitar el paso de la ayuda humanitaria y alentar un diálogo entre los beligerantes para encontrar una solución política.

El mundo observa con horror el sufrimiento del pueblo sudanés y la urgencia de poner fin a la violencia y las atrocidades que han cobrado innumerables vidas inocentes. La comunidad internacional se moviliza para brindar ayuda humanitaria y buscar una solución pacífica y duradera al conflicto en la región.

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